Atrapado

  
Una noche tranquila y silente,
respiré profundo la niebla densa
para calmar el dolor intenso
y volver a conectar con mi subconsciente.

Descubrí la causa de mi derrumbe permanente al vacío
y es que todo este tiempo me he mentido:
Dije que todo estaba bien, que todo estaba superado
y lo repetí tantas veces, que es lo único que ya no recuerdo.

Entendí que, cada vez que decaigo,
me atrapa la tristeza y la desesperación,
porque él me está mirando
y cubre todo el cielo con su abrumadora obsesión.

Su rostro siempre está sobre mí, vigilándome
y encerrándome con sus brazos, no me deja ir.
Cada vez que caigo, caigo a su jaula y no puedo salir.

Toda mi vida está marcada por él.
El que me despertó de la infancia.
El que despertó mi mente, para nunca volver a dormir.

Recordar todo con tantos detalles, con tanta lucidez
y no poder olvidar; como olvidan los demás,
esta sensación de haber vivido más de la cuenta;
se ha vuelto una tortura, de la que… quiero escapar.

A veces, trato de imaginar cómo sería mi vida
si esto nunca hubiera pasado, si fuera alguien normal
solo por unos minutos o mejor una eternidad.
Se bien que nunca será.

El agua tibia de esta lluvia aún caía sobre mí.
El respirar se hizo difícil.
Sentí que mi alma se destruía, mientras caían las lágrimas.
Todo fue una mentira, yo me mentí.

Ya no tenía nada, me sentí vacío
y no podía parar este lamento amargo.
Como gritos en la eternidad que nadie puede escuchar,
se remecía mi cuerpo, sin parar.

Los días siguientes fueron irreales y difíciles.
Intentaba manejar todo lo que estaba pasando.
Sentía que, en cualquier momento, perdería el control de mis sentidos.
  
Hasta que llegaste tú, Selene…
  
Morgan Le Sorcier. 12-05-18

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